La puerta de entrada a mi recámara queda a los pies de la cama, de forma paralela, del lado izquierdo. Es una puerta que nunca se cierra debido a que mi gata entra y sale de la habitación a su gusto; cerrarla significa que la arrañé para entrar y luego para salir interrumpiendo el sueño constantemente.
Al acostarnos y apagar la lámpara, la habitación luce muy oscura, pero el pasillo al que dá se ilumina desde fuera de tal manera que la figura sombría de la puerta se recorta contra la pobre luminosidad del pasillo y la de una ventana. Esa sombra se junta con otra de los rieles de las persianas verticales. Desde la primera noche que pasé ahi, observé que esa sombra me parecía la figura de una persona cubierta con una capa, pero no le dí mayor importancia.
Sin embargo, a lo largo de los casi 5 meses de dormir ahi, he tenido 4 sueño que se relacionan con esa sombra.
El primero de ellos es casi lo que acabo de describir, desde mi cama veo que esa sombra un poco más pequeña, se mueve, se desplaza por el pasillo hacia la sala, pero de una sale otra y otra y así varios de ellos caminan por mi casa.
En el segundo veo que la figura que hace esa sombra es un gato enorme, del tamaño de la puerta, esta sentado cómodamente y me observa recostada en mi cama y mueve su enorme cola, poco después me percato que tras él hay otro gato gigante, un poco más pequeño que también está sentado observándo hacia la cama.
El tercero tiene tintes de pesadilla. Primero estoy con un grupo de personas y tengo un niño en brazos, uno de ellos empieza como a "pasar lista" utilizando atributos de las personas, entonces dice "Un arquitecto" y alguien levanta las manos, "alguien de 28 años" y otro hace lo mismo. Al final no ha dicho nada mio, como si no estuviera en la lista y digo que entonces ya me voy. Pero me detiene y me dice que no me vaya, que yo soy quien va a hablar con
él . Entonces entre la gente veo una figura de una persona, pero es sólo una sombra, la silueta de una persona toda iluminada de gris. Todos se asustan y se alejan y yo me acerco a esta sombra y le pregunto qué quiere. Entonces me lleva a una pared y me muestra con su mano un espacio y me dice que ahi hay que abrir una puerta, por que él está enterrado ahi. Todo esto yo se lo voy diciendo a otra persona, que es un arquitecto y que hará esa puerta. La sombra continua y me dice que ahi lo enterraron, justo debajo de un lavadero, en un
remojadero para que con el agua se deshiciera más rápidamente. De pronto esa sombra cambia de aspecto y es un cadáver, me aterro y aparentemente
despierto acostada en mi cama, pero en realidad sigo soñando. Entonces volteo a ver la puerta de mi recámara aparentemente aliviada y de ahi emerge este mismo personaje que se avalanza a mi cama yo grito y salto sobre Luciano que está recostado junto a mi evitándo que caiga sobre mi. Finalmente despierto de verdad.
El último sueño fue anoche, pero no tengo mucha claridad sobre lo que pasa en él, Luciano dice que al despertar le conté algo de lo que no me acuerdo, algo relacionado con que le estaba contando unos secretos. Pero de lo que sí me acuerdo es que de la puerta de la recámara emerge un hombre con una jeringa en la mano y se va acercándo a mi para inyectarme no sé qué. No di tiempo para más, fue suficiente para que despertara con la sensación de una pesadilla.
El mismo domingo fui también al Papalote, Museo del niño, inagurado hace no más de una década representa con claridad las tendencias más vanguardistas para el aprendizaje de las ciencias en la infancia: vincular el saber con el ser y con el entorno, por ello las salas se dividen en competencias como Soy, comunico, pertenezco, comprendo y expreso.
