viernes, 4 de abril de 2008

Yo tengo un sueño

En un día como hoy, hace 40 años, James Earl Ray, un hombre blanco, asesinó al Reverendo Martin Luther King.
Al igual que Gandhi en la India, Luther King siempre se manifestó por acciones pacíficas y negociaciones para el logro de sus demandas y de esa manera fue el mayor líder en la defensa de los derechos civiles de la población negra de los EEUU.
El 28 de agosto de 1963 frente a una multitud de 200.000 dio un discurso, que ha pasado a la historia con el título de Yo tengo un sueño.
En México, como en muchos países del mundo, la igualdad entre las razas, las étnias, los credos, sigue siendo un sueño. La gran mayoría de nuestros indígenas siguen a la zaga lo que pasa en este país, para algunas personas el color de la piel aún es un criterio para seleccionar amigos. El lugar de origen, sus gustos o creencias siguen siendo barrera para otros.
Se necesita mucha fortaleza, inteligencia y corazón en una sociedad para superar esas diferencias, pero se debe poder. La igualdad se debe convertir en una realidad y sólo se logra con las acciones de todos los días y de cada uno de nosotros.
El siguiente es un fragmento de ese discurso:

Yo tengo un sueño que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo, creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales.

Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad.

Yo tengo un sueño que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.

Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.

¡Yo tengo un sueño hoy!

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