La República Oriental de Uruguay pertenecía a la provincia del Rio de la Plata durante el virreinato, obtuvo su independencia junto con Argentina y se independizó de ésta en el siglo 19. De ahí lo de República "Oriental".
Como sus otros dos países hermanos recibió una gran migración durante el siglo 19 y principios del 20 así como un gran crecimiento económico en la posguerra. También al igual que sus hermanos vivió una dictadura militar, pero eso sí, ésta tuvo características distintas a aquellas.
La dictadura militar uruguaya empezó a gestarse en septiembre de 1971, al constituirse la Policía y las Fuerzas Armadas en "fuerzas conjuntas" para el "combate a la subversión". En enero de 1972, asumió la presidencia Juan María Bordaberry, quien se dedicó a organizar el golpe de Estado; pasos significativos fueron el decreto del "estado de guerra interna", en abril, y la aprobación, en julio, de la llamada Ley de Seguridad del Estado. El 27 de junio, estalla el golpe, con la disolución del Congreso y, ya después, de la Confederación Nacional del Trabajo; más tarde se intervino la universidad. Esta dictadura se extendió hasta el año de 1984 en que tras elecciones triunfó Julio Maria Sanguinetti.
Pero resulta que la sociedad se opuso a esta dictadura y por ello, después del golpe, tuvo lugar una gran huelga de trabajadores; maestros, empresarios, trasportistas, empleados de electricidad, petroleo, servicos ferroviarios, estibadores, fábricas y hospitales: todos se pusieron en huelga contra los militares. Esto fue leído por los militares y sus compinches norteamericanos como una guerra y como tal se respondió: la foto es de una manifestación que día fue disuelta con sangre y fuego: tres días de enfrentamientos en las calles de Montevideo.
Como sus otros dos países hermanos recibió una gran migración durante el siglo 19 y principios del 20 así como un gran crecimiento económico en la posguerra. También al igual que sus hermanos vivió una dictadura militar, pero eso sí, ésta tuvo características distintas a aquellas.
La dictadura militar uruguaya empezó a gestarse en septiembre de 1971, al constituirse la Policía y las Fuerzas Armadas en "fuerzas conjuntas" para el "combate a la subversión". En enero de 1972, asumió la presidencia Juan María Bordaberry, quien se dedicó a organizar el golpe de Estado; pasos significativos fueron el decreto del "estado de guerra interna", en abril, y la aprobación, en julio, de la llamada Ley de Seguridad del Estado. El 27 de junio, estalla el golpe, con la disolución del Congreso y, ya después, de la Confederación Nacional del Trabajo; más tarde se intervino la universidad. Esta dictadura se extendió hasta el año de 1984 en que tras elecciones triunfó Julio Maria Sanguinetti.
Pero resulta que la sociedad se opuso a esta dictadura y por ello, después del golpe, tuvo lugar una gran huelga de trabajadores; maestros, empresarios, trasportistas, empleados de electricidad, petroleo, servicos ferroviarios, estibadores, fábricas y hospitales: todos se pusieron en huelga contra los militares. Esto fue leído por los militares y sus compinches norteamericanos como una guerra y como tal se respondió: la foto es de una manifestación que día fue disuelta con sangre y fuego: tres días de enfrentamientos en las calles de Montevideo.
Pero por lo mismo, la represión, la tortura y el exilio Uruguayo fue, tal vez, el más feroz y el más despiadado en el Cono Sur. La represión en Uruguay se caracterizó por una sofisticación sin par. Fue una represión callada, progresiva en su gradación, "dosificada", selectiva hasta llegar a un control perfecto y total de la población. Logró clasificar a los tres millones de habitantes en tres categorías: A, B y C, según el grado de peligrosidad que les asignaban las "Fuerzas Conjuntas". El país estaba ocupado por su propio ejercito. Todos estaban fichados, clasificados y vigilados. Un "Certificado de Fe Democrática" conseguido según la categoría o casillero en que cada uno estaba, regía los destinos de una persona para conseguir empleo o perderlo, salir o entrar en el país, tener más o menos vigilada su vida y sus pasos. Fue un periodo realmente siniestro en la historia. Un dato dice que uno de cada cinco uruguayos paso por las carceles; uno de cada diez fue torturado; una quinta parte de la poblacion, unos 600,000, se vio obligada a emigrar en todo ese periodo. Nada más en el primer año salieron de Uruguay 65,000 una de las migraciones rápidas más grande de la historia.
Uruguay es el único país de la región del Cono Sur que no investigó realmente lo que ocurrió. Recién se creó una Comisión para la Paz para investigar el pasado. No se identificó ni se sometió a la justicia a ningún responsable de la violación de los derechos humanos a diferencia de lo que ocurre en Argentina o en Chile donde hay decenas de militares detenidos. Ya hace nueve años se realizó una manifestación con unas 70'000 personas demandando entre otras cosas el esclarecimiento de todos los casos de desaparecidos.
Esta nota ya se hizo larga. Sólo una comentario más: pese al desconocimiento general en México de Uruguay y sus desgracias, para mi fue algo muy conocido debido al culto que le tuve a Benedetti, por esa descripción que da de Montevideo, de su gente, de su heroismo y de su desgracia y de su lucha. Me dolió tanto todo esto, lo lloré tanto. Fue como si recorriera sus calles cuando leía de ellas y como si conociera a quienes lo sufrieron... vaya, esos sentires ¿me formaron, me deformaron, me hicieron fuerte, me transmitieron miedo? ¿De qué sirve conoce el horror de otros?
Uruguay es el único país de la región del Cono Sur que no investigó realmente lo que ocurrió. Recién se creó una Comisión para la Paz para investigar el pasado. No se identificó ni se sometió a la justicia a ningún responsable de la violación de los derechos humanos a diferencia de lo que ocurre en Argentina o en Chile donde hay decenas de militares detenidos. Ya hace nueve años se realizó una manifestación con unas 70'000 personas demandando entre otras cosas el esclarecimiento de todos los casos de desaparecidos.
Esta nota ya se hizo larga. Sólo una comentario más: pese al desconocimiento general en México de Uruguay y sus desgracias, para mi fue algo muy conocido debido al culto que le tuve a Benedetti, por esa descripción que da de Montevideo, de su gente, de su heroismo y de su desgracia y de su lucha. Me dolió tanto todo esto, lo lloré tanto. Fue como si recorriera sus calles cuando leía de ellas y como si conociera a quienes lo sufrieron... vaya, esos sentires ¿me formaron, me deformaron, me hicieron fuerte, me transmitieron miedo? ¿De qué sirve conoce el horror de otros?
1 comentario:
Muchas gracias por escribir esta entrada... a mí me pasó lo mismo, me empapé de la historia de Uruguay y ahora lo siento un poquitito mío. Recién acabé mi tesis de licenciatura en la que trabajé sobre la novela Andamios de Benedetti, así que lo tengo fresco todo esto de la dictadura. Creo que siempre es bueno recordar, criticar la historia para no repetirla. Un abrazo fuerte desde Costa Rica :)
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